La cantidad de aire que debe ser movido en un tiempo dado, o sea, el flujo expresado en cfm, m3/h, l/s.

• La presión contra la que pueda operar el ventilador, expresada en milímetros de agua de presión estática o total.

• La densidad de aire o gas que se debe desplazar.

• Otros puntos que también son necesarios conocer son:

• El grado de ruido permisible en el ventilador y en la salida del aire.

• El tipo de motor disponible. Si el motor es eléctrico hay que comprobar:

• Si la corriente es continua o alterna.

• Si la corriente es alterna, hay que saber si es monofásico o trifásico, y también la frecuencia de la misma (esta determina la velocidad del ventilador si el acoplamiento es directo)

• La atención del suministro eléctrico

• Si el servicio del ventilador es continuo o intermitente, y en el último caso la frecuencia de la variación.

• La cantidad de ventiladores necesarios para el sistema.

• Los peligros resultantes debido a las condiciones especiales de funcionamiento, por ejemplo: temperaturas muy bajas o muy altas, humedad elevada, humos abrasivos o inflamables, corrosión.

• La dirección de la descarga del aire y la posición del árbol motor (horizontal, vertical o inclinado).

• Necesidad o no de prever protecciones o registros en el ventilador.